Falta de
sentido de pertenencia: ¿Por qué estamos como estamos?
"Nadie debería amar a su patria por ser la más grande, la más rica o
la más avanzada, sino porque es la suya" Anónimo.
El
sentido de pertenencia es la capacidad de conciencia que se tiene respecto al
sentirse parte de algo, de un grupo, de una comunidad. Por lo general, las
sociedades de países en via de desarrollo tienen la tendencia a la indiferencia
por lo que se tiene, por aquellas cosas que“papá gobierno” brinda a sus “hijos
ciudadanos”.
Éste
tan preciadísimo valor, tan escaso en nuestra patria brilla con lustre por su
ausencia; la forma en que nos referimos a él cuando pronunciamos la consabidísima
frase: “Por eso es que estamos como estamos” es la insignia. La epidemia se da en la forma en que
percibimos todos lo que los demás hacen mal y lo hacemos parte intima de
nuestras creencias, comentándolo, diciéndolo, pensando en ello, reinsertándolo
en la cultura Ad infinitum. Un ciclo enfermizo de nunca acabar.
Y
es que encontrar un referente positivo diario en el país del divino niño sin “pero”
alguno en boca de alguien, es como ir de Safari al África a cazar pingüinos.
Los individuos tienden a seguir y a enfocar toda su atención más en las cosas
malas del dia a dia que en las buenas circunstancias por escasas o abundantes
que estas sean. Las personas en el fondo tienden a ser indiferentes con la
responsabilidad a un módico precio: hablar (La mayoría de las veces) de lo malo
que sucede a toda persona que conocen.
Desafortunadamente,
vivimos con el enemigo, almorzamos con él, respiramos junto a él, hace parte
importante de nuestras vidas. La cultura, los medios masivos de comunicación,
la educación y la corrupción hacen de un país como Colombia el caldo de cultivo
perfecto para el síndrome de abstinencia patriotista. La responsabilidad social
en Colombia se limita a aminorar las consecuencias y el impacto social
minimamente y no a eliminar las causas desde su origen.
El
arraigo cultural se mantiene al margen que las limitantes generales le
permitan. Pareciera que el orgullo propio es un animal raro, exótico, invisible
y de sangre ácida, de pocos amigos.
Más
sin embargo, la problemática no está escrita en piedra. Se hace sumamente
importante pues, empezar a comprender el sentido de pertenencia desde la
educación en los niños, en la inculcación del ejemplo como herramienta
pedagógica altamente efectiva. Desarrollar en los niños el sentimiento de ser
parte de algo y de tener respeto a los demás por eso.
De
todas maneras hay que tener siempre presente que el infundir el sentido de
pertenencia, brindar una identidad social es algo que toma tiempo, es un
proceso arduo y largo transformar a la cultura.
En
ese aspecto, el grado de compromiso individual debe ser inculcado en la
educación de las nuevas generaciones, a través del ejemplo. Cultivar el
desarrollo de vínculos de comunidad y dependencia de los unos con los otros,
despertar la orientación del vinculo entre todos los que nos rodean e infundir
la premisa de que el cambio se origina desde la individualidad.
No
podemos seguir gestionando la cultura de
la repetición, se trataría básicamente de despertar consciencia al hecho de que
no es en absoluto necesario vivir dependientes de la tradición oral negativa.
El concepto es muy básico: RESIGNIFICACIÓN.